Según la OMS se define maltrato de menores como “los abusos y la
desatención de que son objeto los menores de 18 años, e incluye todos los tipos
de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y
explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar un daño a la
salud, desarrollo o dignidad del niño, o poner en peligro su supervivencia, en
el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder”.
El maltrato infantil es un problema mundial con graves consecuencias que
pueden durar toda la vida. Es un asunto muy complejo ya que su estudio no es
nada fácil. Se calcula que cada año mueren por homicidio 34 000 menores de 15
años, pero es una cifra bastante inexacta ya que numerosas muertes causadas por
el maltrato infantil son tapadas por otras causas como, caídas, ahogamientos,
etc.
Podemos diferenciar tipos de maltrato:
- Maltrato físico: se refiere a cualquier acción, de carácter no accidental, por parte de los padres, cuidadores o de más personas no vinculadas con el niño directamente, que provoquen daño físico enfermedad en los niños o les ponga en grave riesgo de padecerlo.
- Maltrato psicológico o emocional: cualquier tipo de comportamiento continuo o sistemático que ocasiona daño en las áreas afectivo e intelectual del niño, el cual afecta a su autoestima por medio de palabras o acciones, así como insultos, humillaciones o degradación de la integridad del niño.
- Abandono: cuando las necesidades básicas como la alimentación, higiene, protección, educación y cuidados médicos, y las necesidades cognitivas básicas no son atendidas por ningún miembro de la familia o cuidador que convive con el niño.
- Abuso sexual: cualquier clase de contacto sexual con un niño, ya sea por parte de un familiar, cuidadores o de más personas no vinculadas con el niño directamente, con la finalidad de tener excitación y/o gratificación sexual por parte del adulto. El abuso sexual va desde la exhibición sexual, hasta la propia violación. Dependiendo de quién sea el autor del abuso sexual podemos diferenciar:
- Abuso sexual intrafamiliar (el
abusador es miembro de la familia del niño)
- Abuso sexual extrafamiliar (no forma parte de la familia del niño).
Cuando un niño sufre cualquier tipo de maltrato muestra unos síntomas que
nos ayudan a detectar lo que le está ocurriendo. Estos síntomas se pueden
dividir en tres indicadores diferentes que son:
- Indicadores físicos: cuando podemos ver en su cuerpo heridas, señales de golpes o quemaduras, así como falta de higiene. A parte de esto podemos notar tristeza en su rostro.
- Indicadores comportamentales: cuando su rendimiento escolar disminuye llegando a faltar reiteradamente a clase, muestra conducta agresiva, dificultad para concentrarse, se aisla del resto de compañeros y manifiesta ideas suicidas. A menudo suelen buscar protección en un adulto, como puede ser en un/a profesor/a.
- Indicadores familiares: por parte de los familiares podemos notar falta de atención e imagen negativa hacia el niño, demasiada exigencia o protección, desprecio, uso de castigo físico como método de disciplina, así como despreocupación por sus necesidades básicas.
A pesar de conocer estos indicadores, no es tan fácil su diagnóstico ya que
en muchos casos ni siquiera se llega a sospechar que se está produciendo maltrato.
Esto es debido a que en numerosas ocasiones resulta difícil diferenciar una
lesión causada por un maltrato de un simple accidente, que también pueden ser
frecuentes en los niños.
Además, muchos docentes no son capaces de manifestar esta detección ya sea
por inseguridad de si están en lo cierto o por miedo a las consecuencias que
puede sufrir. Una vez detectado el maltrato infantil debemos de seguir unas
pautas para intervenir. Se deben de seguir en el siguiente orden:
- Identificación o detección. Se deben de tener en cuenta los indicadores físicos, comportamentales y familiares para realizar una efectiva detección.
- Notificación. Una vez confirmado que se produce maltrato en el niño debemos notificarlo a Servicio de Protección Infantil. Ellos se encargarán de realizar la investigación oportuna. Es por esto que debemos basarnos en sospechas fundadas y confirmadas.
- Investigación. Se debe investigar para tener una confirmación del maltrato. En caso positivo se deben de tomar medidas.
- Valoración y diagnóstico de la situación. Es necesario conocer la causa que origina el maltrato.
- Planificación. Se deben establecer unas medidas. Para ello es de vital importancia conseguir una mayor implicación por parte de los padres, así como recurrir a los profesionales que sean necesarios.
- Ejecución. En esta fase debemos poner en práctica las medidas establecidas anteriormente. Es un proceso complejo que requiere de técnicas de intervención social.
- Evaluación y seguimiento. Debe ser una evaluación continua ya que se debe permitir una adaptación constante. Debemos estar siempre al cuidado para evitar que se vuelva a repetir.
Además, los docentes deben insistir en dos actuaciones fundamentales:
- Actuación con las familias: deben establecer una buena relación con las familias, escucharlas y prestarle los apoyos necesarios.
- Actuación con los niños: es necesario enseñar, desde la escuela, habilidades relacionadas con la competencia social y con la interacción personal para evitar que este tipo de situaciones ocurran.


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