Hay diferencias
entre apariencia física e imagen corporal, personas con una apariencia física
que se aleja de los cánones de belleza pueden sentirse bien con su imagen
corporal mientras que personas socialmente valoradas como bellas pueden no
sentirse así.
La
definición tradicional de imagen corporal es la representación del cuerpo que
cada persona construye en su mente y la vivencia que tiene del propio cuerpo.
Desde el
punto de vista neurológico, la imagen corporal constituye una representación mental
de la conciencia corporal de cada persona. Las alteraciones de la imagen corporal
serían el resultado de una perturbación del funcionamiento cortical.
Algunos
autores advierten de la necesidad de distinguir entre representación interna
del cuerpo y sentimientos y actitudes hacia él. Una representación corporal
puede ser más o menos acertada, pero puede estar influenciada por nuestros
sentimientos positivos o negativos que afectan al autoconcepto. La imagen
corporal se compone:
- Aspectos perceptivos: precisión con que se percibe el tamaño, el peso y la forma del cuerpo, en su totalidad o sus partes.
- Aspectos cognitivos: actitudes, sentimientos, pensamientos, valoraciones que despierta el cuerpo, su tamaño, su peso, su forma o algunas partes de él.
- Aspectos conductuales: conductas que se derivan de la percepción y de los sentimientos asociados con el cuerpo.
La imagen de
uno mismo está relacionada con la personalidad y el bienestar psicológico. La
imagen corporal va construyéndose evolutivamente, desde la infancia hasta la vejez.
Factores y causas:
Formación de la imagen corporal negativa.
En la
formación de la imagen corporal existen dos variables importantes, por un lado
la importancia de la imagen corporal para la autoestima y la satisfacción o
insatisfacción con la misma.
En la
formación de una imagen corporal negativa coinciden factores predisponentes y
factores de mantenimiento.
Factores predisponentes.
- Sociales y culturales: se les atribuye un gran valor de relevancia en nuestra conciencia y nos generan disconformidad sino coinciden con los nuestros propios.
- Modelos familiares y amistades: la existencia en la familia de figuras importantes como padres que se preocupan demasiado por la apariencia física y el atractivo, hace que el niño aprenda estas conductas y consecuentemente las imite.
- Características personales: la baja autoestima, la inseguridad, entre otras, pueden hacer que una persona se centre en lograr un aspecto físico perfecto para compensar sus sentimientos.
- Desarrollo físico: los cambios de la pubertad, el índice de masa corporal o el peso y las características del cuerpo pueden ser factores de vulnerabilidad.
- Otros factores: la obesidad infantil, los accidentes traumáticos, las enfermedades, haber sido víctima de abuso sexual, etc. sensibilizan hacia el aspecto físico y hacen más autoconsciente a una persona sobre su apariencia física.
Diferentes etapas en la construcción de la propia
imagen.
- Infancia: A partir de los 2 años, el niño comienza a mirarse en los espejos, sabiendo que la imagen que se refleja es la suya propia. Es ya en Educación Infantil cuando el niño tiende a describirse mediante características físicas y de manera global; además, conciben las relaciones como simples conexiones entre personas. Al final de Educación Infantil, comienzan a apreciar sus características psicológicas únicas. Durante la Educación Primaria, empiezan a mencionar rasgos de personalidad. A medida que incrementa la edad, incrementa el número de atributos psicológicos que utilizan.
- Adolescencia: Es el paso de transición entre la niñez y la adultez. Es el momento en el que los chicos y chicas se enfrentan a los mayores cambios (físicos, psicológicos, sociales, hormonales…), ya que están incorporándose al mundo adulto. Algunas problemáticas existenciales, surgen en la adolescencia. Debido a esto, la autoestima de dichos jóvenes aumenta o disminuye. El adolescente comienza a dar mucha importancia a su aspecto físico, debido a qué despierta su sexualidad y a su preocupación por llegar a ser un prototipo de belleza perfecta. Esta es una etapa donde se corre un gran riesgo de padecer algún tipo de trastorno asociado con la imagen (anorexia,...) por lo que es importante prevenir desde la infancia la influencia social (amigos, escuela, televisión…).
- Adultez y vejez: La imagen corporal puede variar con el paso del tiempo aunque tenga una fuerte base desde la infancia. La importancia que se concede a la imagen de nosotros puede estar más presente o pasar a un segundo plano.
Conclusión.
La gran
influencia de la sociedad, de las nuevas tecnologías y medios de comunicación han
marcado un estereotipo sobre la imagen perfecta que hace que muchas personas la
tengan de referencia para su vida personal.
La imagen
que tenemos de nosotros mismos es determinante en nuestra vida. No estar a
gusto con uno mismo y tener una baja autoestima puede conllevar a que suframos
alteraciones del concepto de nuestra propia imagen.
Por tanto, es
importante que desde la infancia se trabaje este concepto para conseguir que
los niños adquieran una buena construcción de su propia imagen y además,
potenciar su autoestima.


Comentarios
Publicar un comentario